Julio 26/10 La Revista Semana habló con tres alumnos recién graduados que sobresalieron académicamente en la Universidad de los Andes. Se trata de María Camila Nieto Villamizar, historiadora y literata Summa Cum Laude por su promedio de 4,88; Manuel Felipe Woodcock Cerón, arquitecto Summa Cum Laude por su promedio de 4,56, y Maicol Smith Garcés Bohada, ingeniero electrónico y de sistemas Summa Cum Laude por su promedio de 4,68. Al igual que los 'primíparos' de hoy, los tres también se preguntaron hace cinco años qué marcaba la diferencia entre el estudiante vago y el exitoso. Algunos van a sobresalir porque son muy inteligentes, otros, por simple suerte. Pero según su propia experiencia, para la gran mayoría el éxito depende de cultivar buenos hábitos de estudio.
Estas son sus recomendaciones para quienes apenas llegan:
1. No falte a clase
En el ambiente anónimo de la universidad, donde nadie está recordándole a nadie lo que debe hacer, cualquier primíparo puede creer que no es grave 'capar' clase. Sin embargo, los estudiantes exitosos no lo recomiendan. La razón es que la idea central de lo que es la materia se da en la interacción entre el profesor y el alumno en ese momento. "Los textos son un apoyo pero la experiencia del profesor hacer variar algunas de las ideas que se encuentran allí", asegura Maicol. Además, los maestros asumen que la gente asiste a su cátedra y por ello en los exámenes puede aparecer una pregunta sobre un asunto discutido en el salón pero que no aparece en los libros. Por otra parte, cuando el estudiante falta le cuesta trabajo ponerse al día porque "uno le pierde el hilo a la materia", dice María Camila. Pero no basta con hacer presencia. Los estudiantes aplicados también recomiendan no confiar en la memoria sino asegurarse de tomar nota de todo.
2. Organice el tiempo
No deje acumular las cosas para última hora. Desde el comienzo, cuando recibe el cronograma de actividades, el estudiante debe tener en cuenta cuáles son las fechas de entrega y los trabajos más importantes. "Casi siempre todos se deben entregar en la misma fecha, entonces hay que ir pensando en el que requiere de más esfuerzo", señala Maicol. Si hay que leer un libro, lo ideal es procesarlo poco a poco para que no tenga que comerse 200 páginas de una sentada, lo cual puede ser inmanejable. Los exámenes se preparan con anticipación y no a las tres de la mañana; las ideas de los ensayos se empiezan a desarrollar con tiempo y no dos días antes de la entrega. Curiosamente, la mayor parte del trabajo se hace en el tiempo fuera de clase, por eso "los huecos entre cada materia hay que usarlos para adelantar", dice María Camila.
3. El producto es lo que cuenta
A menudo, en la oficina de los profesores hay estudiantes inconformes que reclaman por la nota, porque creen que el esfuerzo invertido debe contar. Se les escucha decir frases como "pero si me leí ocho artículos para el ensayo" o "trasnoché estudiando". Pero lo cierto es que en la universidad lo que importa es el producto final. "A veces invertir muchas horas en un proyecto se pierde porque la idea inicial no estaba bien formulada", dice Manuel Felipe. Por eso recomienda estudiar con sentido común, pues no va a importar mucho saber sobre el tema si en el momento de hablar o de resolver el quiz se bloquea y no contesta nada. Trasnochar vale la pena si el esfuerzo extra sirve para prepararse. Durante las jornadas largas hay que tomar descanso de 15 minutos para tomar fuerzas y poder seguir. "Si no se hace, la mente y el cuerpo se agotan y el rendimiento baja", señala Maicol.
4. Si tiene dudas, pregunte
Por miedo a quedar como tontos, los primíparos no despejan en clase las dudas que tienen sobre un asunto. Preguntar es una regla de oro de los estudiantes pilos. "Al principio uno cree que las inquietudes que tiene son estúpidas, pero casi todo el salón se las está haciendo y simplemente ninguno se atreve a decirlas en voz alta", dice María Camila. Tener dudas es válido pues demuestra que está poniendo atención a la clase y que tiene interés por aprender.
5. La retroalimentación
La evaluación debe ser vista como un instrumento para conocer en qué áreas va bien y en cuáles está flojo. Por eso, hay que estar abiertos a los comentarios del profesor en exámenes, ensayos y quizzes. Si no le fue bien, no los rompa con rabia. Analice cada respuesta y hable con el profesor, no tanto para que le cambie la nota, sino para saber cuáles fueron los errores y mejorar. "Es la mejor manera de aprender, porque me dice en qué fallé", admite Maicol.
6. La nota no es la meta
La calificación es importante pero más aún lo es aprender. La mayoría de estudiantes que tuvieron un promedio por arriba de 4,5 se enfocaron en disfrutar la materia y en explorarla a profundidad. Si se enfocan en esto, dicen, la buena nota llegará por añadidura. En ese sentido es importante entender más que memorizar, aunque en algunas carreras será necesario recitar ciertos conceptos. En la universidad, sin embargo, se espera más análisis y maneras creativas de presentar la información.
7. No sea un código más
Es fácil volverse un número en un aula de clase de más de 40 personas. Por eso, es bueno hacer una relación más personal con el profesor. Este personaje no es un ogro que esta ahí para hacerle pasar un mal rato sino un aliado que quiere que aprenda. Trate de hacer preguntas antes o después de clase, haga comentarios en clase y trate de sobresalir, sobre todo en aquellas materias en las que tiene un real interés para su carrera. "Así no sea muy bueno para la materia, muestre interés", dice Maicol.
8. Visualice el éxito
No se puede tener éxito si hay pesimismo. Es crucial tener metas claras a corto y largo plazo, y soñar que las cumple. "Imaginarse el grado o el final de semestre ayuda mucho", dice Manuel Felipe. Proyectar esa experiencia y los sentimientos que van con ella lo motivará para hacer todo lo que se requiere para cumplir ese sueño.
9. Sea persistente
Los buenos estudiantes no se contentan con lo mínimo sino que van más allá y se retan a sí mismos. Aun si están cansados, continúan trabajando hasta terminar lo que se propusieron. Y lo hacen bien. Son de aquellos que dicen: "El problema está complicado pero lo resuelvo así me muera". Obviamente, nadie muere por estudiar. En un examen de tres horas son los que terminan de últimos porque aprovechan el máximo de tiempo para revisar que todo esté en orden. Acuérdese de que la universidad no es Twitter, y en los exámenes y trabajos hay que contestar con contundencia y a profundidad. Las abreviaciones no son tan apreciadas como las respuestas bien argumentadas.
10, No se engañe
Por ejemplo, si está en la biblioteca leyendo un libro pero realmente en su mente solo hay espacio para la fiesta del sábado, o si está en clase pero respondiendo al chat de su celular, se está diciendo mentiras. Los pilos no recomiendan esta actitud. Según Maicol, "hay tiempo para todo si se aprovechan bien los momentos". Eso quiere decir que cuando estén estudiando lo hagan a conciencia, y si están leyendo, piensen en la lectura. El estudiante tiene que ser sincero consigo mismo para evitar caer en este tipo de situaciones.
11. Maneje las emociones
No se sienta intimidado ni inseguro pues con esas sensaciones es difícil tener éxito. Lo más indicado es enfocarse en las cosas positivas y manejar la ansiedad. "Si uno se prepara bien en todas las materias no hay por qué tener miedo", señala Maicol. Vea todo como una oportunidad para aprender pero evite a la gente que no sabe aún por qué está en la universidad. Las mejores amistades son aquellas que lo nutren intelectualmente y le ayudan a alcanzar sus objetivos.
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