Jueves, 05 Septiembre 2013 05:08
Los
desastrosos resultados del vandalismo desatado el martes contra las
instalaciones de la Universidad Surcolombiana han rebosado la copa de cualquier
signo de tolerancia frente a los actores violentos que lo protagonizaron. La
Universidad, en toda su extensión física e institucional, fue atacada sin
miramientos por quienes consideran, de la manera más absurda y obtusa, que esa
es la forma correcta de protestar y de manifestar su inconformidad o con la
sociedad misma. Se han traspasado todos los límites de lo máximo permisible de
la protesta y hemos pasado al vandalismo puro, a la asonada sin reglas, a la
anarquía y al terrorismo puesto que no puede llamarse de otra manera la
destrucción de bienes muebles e inmuebles y la generación de incendios
indiscriminados.
La Universidad Surcolombiana se ha convertido en un campo de batalla propiciado por elementos, en muchos casos, completamente ajenos a la vida académica, reclutados con el único propósito de causar daños, de generar caos y de afectar a la inmensa mayoría de estudiantes, profesores y personal administrativo que ninguna responsabilidad tienen respecto de lo que los vándalos pretenden.
La Universidad Surcolombiana se ha convertido en un campo de batalla propiciado por elementos, en muchos casos, completamente ajenos a la vida académica, reclutados con el único propósito de causar daños, de generar caos y de afectar a la inmensa mayoría de estudiantes, profesores y personal administrativo que ninguna responsabilidad tienen respecto de lo que los vándalos pretenden.
Y aquí sí
que valdría que la comunidad de la Surcolombiana, toda, saliera en masa a
protestar, a rechazar, a expresar su repudio por estos actos violentos, a
decirles a estos elementos antisociales que no están de acuerdo con ello y que
no los quieren dentro de la institución. Ello hemos echado de menos cada vez
que algo similar ocurre en el Alma Máter de los opitas; hay un silencio que se
convierte en admisión pasiva de la violencia, hay una actitud inexplicable de
la comunidad académica frente a esta destrucción de lo que les pertenece, nos
pertenece a todos, como un bien público de inestimable valor. Se pierde de
vista que esta actitud de indiferencia es el mejor caldo de cultivo para que
los maleantes encapuchados siga haciendo de las suyas cada vez que se les venga
en gana.
Y muy bien que ya las autoridades hayan adelantado precisas tareas de identificación y judicialización de los probables responsables, algunos, para que – con todo el rigor de la Justicia – se les someta y aplique las consecuencias penales correspondientes. En medio de una tensa situación regional, que ya ha cobrado decenas de miles de millones de pesos en daños materiales, y notable afectación social, lo peor que podría pasarnos es que el claustro académico por excelencia de la vida opita terminara como objeto del vandalismo más criminal, tomando como justificación las protestas reivindicativas de nuestros campesinos. Pésimo favor el que les hacen a nuestros labriegos quienes el martes se tomaron la USCO y la convirtieron en el blanco de sus iras.
Y muy bien que ya las autoridades hayan adelantado precisas tareas de identificación y judicialización de los probables responsables, algunos, para que – con todo el rigor de la Justicia – se les someta y aplique las consecuencias penales correspondientes. En medio de una tensa situación regional, que ya ha cobrado decenas de miles de millones de pesos en daños materiales, y notable afectación social, lo peor que podría pasarnos es que el claustro académico por excelencia de la vida opita terminara como objeto del vandalismo más criminal, tomando como justificación las protestas reivindicativas de nuestros campesinos. Pésimo favor el que les hacen a nuestros labriegos quienes el martes se tomaron la USCO y la convirtieron en el blanco de sus iras.
Va siendo
hora, hace rato, de que la Universidad se manifieste contra los violentos, de
que se les bloquee internamente, de que la inmensa mayoría de quienes son
ajenos a estas acciones generen un clima de repudio permanente y se aísle a
quienes, desde adentro, pretendan continuar dañando a la institución. La
Universidad Surcolombiana ha sido golpeada como nunca.
Los daños
ocasionados en la Universidad Surcolombiana por vándalos encapuchados deben ser
resarcidos. Las directivas de la institución tienen la obligación de
identificar a los responsables y formular las denuncias penales
correspondientes para que reparen los daños a los bienes públicos afectados.
¡No más impunidad!
“La
Universidad Surcolombiana se ha convertido en un campo de batalla propiciado
por elementos, en muchos casos, completamente ajenos a la vida académica”.
$2.000 millones suman daños en la Usco
Jueves, 05 Septiembre 2013 05:04
La quema de los molinetes de ingreso, uno de los daños que
más le cuesta a la universidad, debido a que el sistema de reparación tiene un
alto costo monetario.
Pérdidas y daños que ascienden a los 2.000 millones de pesos
dejó la manifestación que durante más de tres horas se registró en la
Universidad Surcolombiana. La cuantía del detrimento material pudo ser
verificado durante un recorrido realizado ayer miércoles por parte de los
administrativos de la universidad.
Por su parte el rector de la institución Eduardo Pastrana
Bonilla aseguró que: “Hemos encontrado unas instalaciones en la sede central de
la Universidad Surcolombiana en un estado de alto deterioro, afectación a la
bodega de almacén general, cafetería de docentes, oficinas de decanatura de la
Facultad de Educación, una oficina del programa de Física, daños en aires
acondicionados, sillas universitarias e incluso los pasillos que son
adoquinados fueron destruidos para ser utilizados como armas contra la Fuerza
Pública”.
Los daños
De acuerdo con el personal de mantenimiento del centro
universitario, los principales daños corresponden a la quema completa del
almacén y la cafetería de docentes. El primero deberá ser restablecido
totalmente por el deterioro que se generó en las paredes y el techo de zinc,
que fue consumido completamente por el fuego.
Entre otros daños se cuentan la destrucción de la red
hidráulica en baños y el sistema eléctrico que mantiene el lugar sin el
servicio de agua y sin energía eléctrica en algunos sectores.
Vidrios rotos, puertas completamente arruinadas, enseres
destruidos y los molinetes de ingreso fueron afectados por el fuego desmedido,
propagado por los manifestantes que con violencia arremetieron contra los
bienes e infraestructura del centro académico.
‘No son estudiantes’
Para las directivas de la institución, la mayor preocupación
se genera frente a la participación de personas externas a la universidad en
hechos que han sido calificados como vandálicos, lo que genera graves problemas
de violencia y alteración del orden público en la ciudad.
“No decimos que no hayan estudiantes participando en los
actos vandálicos, pero hay personas externas a la universidad claramente
verificado, que le están haciendo daño a la institución con la disculpa del
apoyo a los movimientos sociales que se dan en el país”, afirmó Pastrana
Bonilla.
Se estableció por parte de los directivos que durante la
revisión de los daños fueron hallados al interior de los salones de clases
artefactos explosivos artesanales, botellas de leche y prendas de vestir
utilizados como elementos de protección de los manifestantes durante los
enfrentamientos.
Arreglos
Ayer mismo iniciaron los trabajos de reparación y arreglos
de daños dejados por la manifestación. Según indicó el jefe de Control Interno,
Carlos Salamanca Falla, ya se ha logrado restaurar la tubería afectada en
baños, la reparación de algunas puertas, se ha hecho limpieza de los lugares
utilizados por los manifestantes y obras de pintura en las oficinas de la
Facultad de Educación que resultó notablemente afectada.
“Aquí lo importante no es tanto el observar los daños que se
generaron a raíz de la protesta, sino de cuánto le cuesta a la universidad el
cierre durante estos días, cuántos jóvenes que vienen de otros pueblos se ven
afectados por el tema de alimentación, porque muchos de ellos hacen uso del restaurante
y otros servicios que aquí se prestan, si sumamos eso, más los daños que se
generaron físicos, las pérdidas son mucho más”, dijo Salamanca Falla.
Clases suspendidas
El Consejo Superior en una reunión realizada en horas de la
mañana de ayer tomó la determinación de suspender las clases hasta el próximo
lunes 9 de septiembre en todas las sedes del departamento, aclarando que los
docentes cumplirán con su labor y la función administrativa continuará
cumpliéndose.
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