Esta guía se diseñó para que
los estudiantes, administradores y profesores puedan repasar sobre la esencia
de lo que es estudiar un área académica con disciplina. No pretende aliviar el
trabajo intelectual del proceso de aprendizaje – ya que esto sería un insulto a
la inteligencia de nuestros lectores. Sin embargo, se dirige a hacer el trabajo
intelectual y el aprendizaje profundo más manejable, práctico e intuitivo. Su
meta es promover el aprendizaje de por vida y el ideal tradicional de una mente
educada y liberada: una mente que pregunte, examine y domine una variedad de
formas de conocimiento a través del dominio propio, de la perseverancia
intelectual y de las herramientas de aprendizaje.
Respeta, de igual forma, las
tradiciones de John Henry Newman, Bertrand Russell, y Albert Einstein.
No contesta todas las
preguntas, sino que coloca éstas en una perspectiva clara. Enfatiza que los
diversos campos de estudio comparten estructuras intelectuales y estándares de razón.
Resalta que merece la pena aprender estructuras intelectuales esenciales y estándares
de razón por sí mismos debido a que nos ayudan a relacionar y a entender lo que
aprendemos. Destaca las disposiciones intelectuales de base y los valores que
definen las características del pensador disciplinado en todos los campos:
autonomía intelectual, humildad intelectual, integridad intelectual,
perseverancia intelectual, empatía intelectual, confianza en la razón e
imparcialidad. Cada página honra la idea y el poder del trabajo intelectual.
Repudia la idea del
conocimiento como pedacitos de información memorizada, o la mera acumulación de
unidades o créditos académicos. Rechaza el absolutismo dogmático y el relativismo
intelectual. Nos alerta sobre el peligro de la ignorancia y de los conceptos erróneos
y así, por extensión, lo que es el auto-engaño y la ilusión. Enfatiza la
importancia de disciplinas contrastantes cuyas preguntas pueden ser contestadas
de formas definitivas, con aquellas disciplinas cuyas preguntas requieren
perspectivas múltiples y juicio razonado.
Distingue, en otras palabras,
áreas de un solo sistema como la física, química y la
matemática (donde el desacuerdo
entre expertos juega un papel secundario) con disciplinas
en donde hay sistemas que
compiten entre sí como la historia, la psicología y el arte (donde
el desacuerdo entre expertos
tiene mayor relevancia).
Si esta guía para el pensador
tiene éxito, servirá como recurso al cual cualquiera podrá referirse una y otra
vez para acumular mayor profundidad en el significado y el entendimiento. Lo
que vale la pena aprender, vale la pena aprenderlo bien y, no hay nada que
valga la pena aprender más que el proceso mismo de aprender: su desarrollo,
mediante la labor intelectual y sistemática del arte, los hábitos y estrategias
de una mente DISCIPLINADA.
Richard Paul, Linda Elder
Centro para el Pensamiento
Crítico
Fundación para el Pensamiento
Crítico
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